Las dunas

La arena se manifiesta como el agua. En pequeña cantidades se escurre, desaparece. Se necesita un monton considerable para apreciarla. Por eso cuando nos acercamos al desierto lo primero que vemos es un suelo arido y pedregoso, y luego de a poco aparecen manchones de arena, como charcos. Tambien vemos remolinos espesos, quietos como columnas o tambaleandose como borrachos. Siguiendo el camino la ruta se hace mas angosta y los charcos de arena se convierten en lagunas.
Ali es mi guia, tiene 21 años y hace 9 que trabaja con las caravanas. El me indica el camino hacia las dunas de Erg Lihoudi. El dromedario carga con el agua y la comida, asi que la marcha se hace mas liviana a pesar del calor. Cuando el sol pega muy fuerte paramos a descansar en alguna de las jaimas que se esparcen por esta zona donde nos convidan con un te. Al mediodia el calor no nos deja caminar, asi que aprovechamos para comer algo y dormir un poco.

Luego de la siesta marchamos hasta llegar a las dunas, vacias de gente en esta epoca, ideal para corretear la arena bien lisa.